A pesar de su nombre, no es un vino elaborado con naranjas. Se trata de un tipo único de vino blanco que se elabora dejando la piel y las pepitas de la uva en contacto con el zumo, lo que le da un tono anaranjado. Esta técnica también se conoce como 'vino ámbar', 'vino blanco fermentado con pieles' o 'vino en contacto con las pieles', y en España, sobre todo en las zonas de habla catalana, se denomina 'Brisat'.
El vino orange no debe confundirse con los vinos co-fermentados o vino de naranja. Los vinos co-fermentados se elaborán fermentando distintas variedades de uva en el mismo recipiente, y el vino de naranja se elabora con una mezcla de uvas y piel de naranja amarga.
Para elaborar el vino orange, se estrujan las uvas blancas y se dejan fermentar con los hollejos y las pepitas aún adheridos. En este proceso natural se utilizan pocos aditivos o ninguno, y a veces ni siquiera levadura, lo que da lugar a un sabor característico muy diferente del de los vinos blancos normales.
El color del vino orange viene determinado por la duración del contacto de la piel con el zumo durante la fermentación.
Este lapso de tiempo puede abarcar desde cuatro días hasta un año, pero la mayoría de los vinicultores optan por una horquilla de entre 10 y 60 días para conseguir el tono deseado.
Algunos vinos orange pueden parecer un vino blanco dorado y otros pueden tener un tono ámbar mucho más intenso.
Los vinos orange suelen describirse como robustos y atrevidos, con reminiscencias de té y caracterizados por un regusto a nuez debido a la oxidación. Otros sabores que destacan son los cítricos, la fruta de hueso, las especias y las hierbas aromáticas. La duración de la fermentación determina la intensidad del sabor. Es seco, ácido y contiene taninos comparables a los del vino tinto, pero con menor contenido de alcohol.
Cuando se sirve vino orange, es mejor hacerlo a una temperatura ligeramente más alta que los vinos blancos para apreciar plenamente su personalidad. Servir un vino orange a 12º-14ºC es lo ideal. A medida que el vino se caliente, notará cómo evoluciona su sabor.
Debido a su sabor atrevido, los vinos orange suelen maridar bien con sabores fuertes, como quesos curados, platos de curry y cocina africana y asiática. También puede maridar bien con una paella de marisco.
Este estilo de vinificación natural existe desde hace miles de años y se originó en Georgia durante la Edad de Bronce.
Sigue siendo una rareza en comparación con otros tipos de vinos, pero existe un interés creciente por este estilo debido a su autenticidad y a su conexión con el movimiento del vino natural.
Si quieres probar un vino orange de Mallorca, te recomendamos el 7103 Petit Celler Brisat. Este vino de Santa Maria del Camí se elabora con la variedad de uva local Giró Blanc. Te cautivará su impresionante color ámbar y su intenso y concentrado aroma a albaricoque y nectarina. En boca, es cálido y rico, con notas de fruta de hueso y el singular sabor a frutos secos que mencionábamos antes.
Comentários